sábado, 29 de septiembre de 2012

Hace falta otro Gallardo

Por: Daniel A. Uicab Alonzo

Acotar el fuero militar demandan varios sectores del país. Legisladores dicen que una reforma al Código de Justicia Militar supone una manifiesta voluntad del Gobierno en su responsabilidad por el respeto, defensa y garantía de los derechos humanos, y el acatamiento a las obligaciones internacionales contraídas por el Estado Mexicano.

No es de ahora. Desde la creación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en 1990, se ha intentado penetrar esta cultura hasta las instituciones castrenses para reprimir los abusos de  militares, y más ahora que marinos y soldados han salido de sus cuarteles para sumarse a la lucha contra la delincuencia organizada.

En esta coyuntura, muchas voces exigen el retiro de las tropas de las calles arguyendo la inconstitucionalidad de involucrarlos en la lucha contra la delincuencia, pero ignoran, o pretenden ignorar, que las Fuerzas Armadas actúan para garantizar la seguridad interior y la defensa exterior del país, además de apoyar a la población civil en casos y zonas de desastre.

Recientemente, Human Rights Watch denunció la existencia de unos cinco mil casos de abusos cometidos por personal castrense y, esgrimiendo esta cifra, exige a la Suprema Corte de Justicia acotar el fuero y con ello llevar a juicios civiles a militares que cometan delitos de ese orden, algo que ya existe en el Código castrense. En eso están los ministros.

Sin embargo, poco se habla de un Ombudsman para las Fuerzas Armadas, porque también existen abusos al interior de las instituciones militares. Quien se atrevió a proponer esta figura, el general José Francisco Gallardo, fue encarcelado en 1993 acusado de delitos como malversación, destrucción de lo perteneciente al Ejército y enriquecimiento ilícito.

Gallardo fue liberado ocho años después, y en 2009 se postuló para dirigir la CNDH.

Hace falta otro Gallardo, o el mismo, para impulsar la creación del Ombudsman militar en paralelo a las reformas para acotar el fuero que tanto escozor causa a los civiles.

Nota: Publicado el 10 de agosto de 2012 en mi columna Acaecimientos, en el periódico Milenio Novedades, y en la página SIPSE.com 

El uniforme ¿uniforma?

Por: Daniel A. Uicab Alonzo

La semana pasada desapareció oficialmente la Agencia Federal de Investigación (AFI) para dar paso a la Policía Federal Ministerial, con la presentación de un nuevo uniforme: camisa azul marino y pantalón caqui. Con este cambio, se dijo, quiere darse un nuevo rostro a ese ente de la PGR, pero, ¿acaso el uniforme por sí solo puede uniformar?

Alex Grijelmo ("La seducción de las palabras") dice que una palabra posee dos valores: el primero, personal del individuo y  ligado a su propia vida; y el segundo se inserta en aquél pero alcanza a toda la colectividad.  Así, uniforme nos hace evocar al soldado, al policía, al bombero; pero también el uniforme debe uniformar criterios, actuaciones, objetivos comunes.


 Nuevo escudo y uniforme de la Policía Federal Ministerial. (Agencia Notimex)
La importancia del uniforme es tal que, por ejemplo, la Policía de Caminos siente que perdió su identidad cuando les quitaron el verde y caqui para vestirlos de azul marino. Aduanas perdió también algo de su impronta cuando retiraron a sus veteranos elementos que fueron sustituidos por jóvenes uniformados en dos tonos de azul.

En la Marina, no pocos almirantes se resistieron a portar un uniforme gris de dos tonos que a mediados de los 90 suplió al caqui, tradicional de muchas fuerzas armadas, y que ahora ha retornado con el actual Secretario de Marina.

El Libro de Políticas de la Armada dice que el uniforme identifica a sus miembros y refleja el orgullo de su profesión, inspira confianza dentro y fuera de la institución, por lo tanto, lo visten como un estándar visible de la excelencia y como un reflejo de la organización a la que pertenecen. Es la doctrina naval la que los uniforma.

Aunque el hábito no hace al monje, lo deseable es que el cambio de uniforme transforme a la Policía Federal Ministerial en un cuerpo de élite. Como dice Juan José Arreola en su Bestiario: "La cebra toma en serio su vistosa apariencia, y al saberse rayada se entigrece".

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La Agencia Federal de Investigación (AFI) se creó por decreto del Ejecutivos, en el gobierno de Fox, el 1° de noviembre de 2001. Fue creada como proyecto de Carlos Paredes Leyva, para dar paso a una policía investigadora basada en métodos y procedimientos específicos y bajo un perfil profesional que garantizara eficiencia y eficacia en el combate a las estructuras delincuenciales, según se dijo entonces.-Nota del Editor.

Nota: Publicado el 4 de agosto de 2012 en mi columna Acaecimientos, en el periódico Milenio Novedades, y en la página SIPSE.com