sábado, 10 de julio de 2010

El mar de la vida

Tomó impulso y lanzó la botella hacia el mar encrespado. Luego, la tomó de la mano y caminaron sobre la playa mojando los pies en la arena húmeda y tibia mientras observaban el enorme disco naranja que comenzaba a ocultarse en el horizonte...



No lo dijeron, pero ambos se hicieron la misma pregunta: ¿llegará la botella?

Cerca de las escolleras, él le pasó la mano por la cintura y comenzó a recordar aquella canción que su padre solía cantar en el astillero del puerto...