Por:
Daniel Uicab Alonzo
La
semana pasada entraron en vigencia nuevas normas para el reclutamiento en el
Ejército y Fuerza Aérea mexicanos; entre ellas destaca la edad mínima para
causar alta en la milicia, que ahora es de 15 años.
Se
disminuyó un año la edad para el ingreso a planteles militares, pues antes de
esta reforma los jóvenes eran admitidos a los 16 años y con estudios de
secundaria, como cadetes para comenzar su formación en las Fuerzas Armadas.
El
porqué de ese cambio radica en que la doctrina militar, el adiestramiento y la
disciplina permean con mayor facilidad en muchachos jóvenes. Así, el objetivo
de la educación militar es fortalecer los valores y virtudes humanos y
militares y desarrollar hombres y mujeres autodisciplinados.
Por
otra parte, nada tiene de particular el que se alisten demasiado jóvenes. De
hecho, los cadetes del Colegio Militar que murieron en 1847 defendiendo la
patria, así como los de la Escuela Naval, en 1914, eran muy jóvenes, casi
niños.
Ceremonia de reconocimiento a mandos en el Cuartel General de la Armada, en la ciudad de México, el 27 de marzo de 2014. (presidencia.gob.mx) |
Esto
nos recuerda que hace un par de años, cuando Chihuahua era rehén de la
delincuencia, el gobernador César Duarte propuso enrolar en las Fuerzas Armadas
a los millones de jóvenes que no tienen oportunidades de estudiar, ni opciones
para trabajar.
Una
buena idea, porque los sistemas educativos militar y naval ofrecen becas para
que a la par de una preparación académica los jóvenes inicien su formación
militar, y después de cumplir ciertos años de servicio tienen la opción de
continuar la carrera de las armas o integrarse a la vida civil con un título
profesional.
Así,
la Marina y el Ejército son buenas opciones para los jóvenes, principalmente para
aquellos cuyas familias no cuentan con recursos suficientes para pagarles una
carrera. Lo más importante es que cuando egresan, automáticamente lo hacen con
un empleo bien remunerado.
Me
consta que la mayoría de los adolescentes están mejor cuando tienen un conjunto
firme de reglas y límites y la disciplina para seguirlas. Esto puede
constatarse en las escuelas militarizadas, donde para muchos recibir disciplina
siendo jovencitos ha sido la clave para tener éxito como adultos.
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Nota del autor
Para
saber más acerca de los planteles militares y navales, consultar: http://www.sedena.gob.mx y www.semar.gob.mx