La primavera de 1973, un centenar de chamacos de entre 16 y
18 años, procedentes de varios estados del país, llegaron al Centro de
Capacitación de la Armada, en el puerto de Veracruz, llenos de energía y
entusiasmo por comenzar una gran aventura en la Marina.
Entonces, la Escuela de Grumetes proveía de jóvenes marinos
a los buques de guerra.
Al paso del tiempo, muchos de esos muchachos lograron
descollar en esa institución naval llena de tradiciones. Los hay -algunos
retirados y otros en activo- desde carpinteros hasta cirujanos dentistas,
pasando por las diversas especialidades que ofrece la Marina. No fue fácil,
porque al llegar a ese plantel dieron un
giro de 180 grados a sus vidas y se enfrentaron con algo nuevo que los marcaría
para siempre: la disciplina.
Etimológicamente disciplina derivada del latín, “discere”,
que significa: enseñar a un discípulo. Para las Fuerzas Armadas, la disciplina
es uno de los pilares fundamentales de su estructura y está directamente
relacionada con la moral militar, una no puede estar presente si falta la otra.
Pero no es mi intención hacer un panegírico sobre la
disciplina castrense; traigo a colación el tema porque ahora que los diputados
locales están por sacar a la luz la Ley del Sistema Integral de Justicia para
Adolescentes, los muchachos que hoy pugnan por salir de la Escuela para menores
Infractores, aprovechando un supuesto “vacío legal”, se hubieran evitado muchos
problemas si sus conductas hubieran sido corregidas a tiempo con la disciplina.
Por supuesto que no es indispensable asistir a una escuela
militar para formarse un hábito, una costumbre, un carácter, pero quiero llamar
la atención hacia un nicho educativo a veces poco conocido: los planteles
militares, que ofrecen a la juventud una excelente oportunidad de preparación
no sólo profesional sino para la vida misma, formada a través de ese principio
vital que es la disciplina.
Bajo esta premisa, el Ejército ofrece a través de sus
diversas escuelas la oportunidad de cursar estudios desde nivel técnico hasta
de postgrado, en sus escuelas como la
Médico Militar, de Graduados de Sanidad, de Odontología, Ingenieros , de
Enfermeras, de Oficiales de Sanidad, de Aviación, el H. Colegio Militar y de
Clases.
El Centro de Capacitación de la Armada en Veracruz, hoy Museo Naval. |
Por su parte, la oferta del sistema educativo naval se
centra en la Heroica Escuela Naval Militar, donde se prepara a los futuros
mandos de la Armada; además, cuenta con las escuelas de Ingenieros y la Médico
Naval, y para el personal de Clases y Marinería ofrece estudios de nivel
técnico en el Centro de Capacitación, que este año cumplió medio siglo de vida,
igual que el que esto escribe y que formó parte de esa Generación 1973.
Nota: Este artículo se publicó el viernes 29 de septiembre
de 2006 en el periódico MILENIO NOVEDADES, en Mérida, Yuc.
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