Todos en la vida debemos estar listos para zarpar. ¿A dónde? A cualquier lugar.
La vida es dinámica y debemos estar siempre con el ancla a la pendura, prestos a colocarla en su varadero y aproar el rumbo elegido con máquinas avante.
La vida es dinámica y debemos estar siempre con el ancla a la pendura, prestos a colocarla en su varadero y aproar el rumbo elegido con máquinas avante.
A veces vemos la nueva travesía incierta, pero al llegar a nuestro puerto destino, luego de sortear escollos y mares embravecidos, al atracar nuestro barco sentiremos la suave brisa que nos invita a descansar... para prepararnos a una nueva aventura.
Por eso debemos estar siempre listos para zarpar...
(La imagen es del velero Cuauhtémoc de la Armada de México)